domingo, 10 de noviembre de 2013

El suave murmullo y el sufrimiento.

Esta es una reflexión que escribí un día que estaba muy triste pero que me animó mucho, espero les ayude a ustedes también:

Dios trata de captar nuestra atención de muchas maneras, al principio, es un suave murmullo, una brisa apacible, tan suave que si estamos distraídos con nuestras múltiples ocupaciones, preocupaciones o incluso diversiones, difícilmente logramos escuchar.

Está hablandonos con cada nube que pinta en el cielo, con cada florecita silvestre que crece sin que nadie mas que él la cuide a los lados del camino polvoriento que recorro cada que regreso a casa del trabajo, está en las pequeñas mariposas que revolotean en el monte donde los demás solo ven hierbajo y basura, está en la luna, en las estrellas, en la lluvia y en los días soleados. Está hablándonos cuando nos sentamos a la mesa a compartir los alimentos con nuestros hijos, familia y amigos, cuando alguien nos cuenta un chiste y nos reímos, cuando alguien nos hace algún cumplido.
Está en los abrazos de nuestros padres, en la risa de los niños, en la mirada inocente de los cachorros de cualquier especie animal, en el cariño de una mascota.

Habrá quien diga que ese no es Dios hablando y que sus manos no formaron tan simple y tan perfecta hermosura pero aun así, Dios existe y está al pendiente de todos nosotros, queramos creerlo o no.

Algunas personas muy afortunadas o sabias, o ambas cosas, lograrán escucharlo mediante ese suave murmullo. Lograrán desconectarse del mundo y ver una pequeña sombra de la magnificencia y amor de Dios, y digo sombra porque nuestra pequeña mente de ninguna manera lograría ver a Dios por completo.

Aun así, somos necios y nos negamos a aceptar que Él existe, que nos ama y que lo necesitamos, así que amorosamente, busca otras formas de llamar nuestra atención.

El suave murmullo será ahora su voz firme, traducida en dificultades y problemas. Él esperará que lo busquemos para guiarnos, para consolarnos, para levantarnos... pero muchas veces, en medio de esas pequeñas o medianas dificultades, podemos elegir seguir buscando respuestas en otro lugar y negarnos a aceptarlo. Nuestra alma y nuestra salvación es la que peligra, así que si estamos lejos de Dios, viviendo perdidamente, en soledad, en desesperación o ahogados en medio de vicios, excesos, confusión y peligro, no se dará por vencido con nosotros. Llegará al punto de gritarnos: ¡Hey! ¡Yo te creé! ¡Yo te amo! ¡Búscame!

Entonces vendrán los días mas oscuros, vendrán los problemas que nadie puede resolver, las tragedias, la enfermedad, la pérdida, la muerte y los horrores. Él estará ahí, esperando a que lo busques y te perdonará, te sanará y podrás vivir plenamente, cuando despiertes de tu sueño.

Es cierto que nuestro peregrinar en esta tierra, estará lleno de dolor, pero eso no será todo. Además, esta vida, no es la vida eterna, esto es temporal. Aún así, en este cuerpo que hoy es y mañana volverá al polvo. Dios nos regaló la capacidad de vislumbrar una gota del océano, llamado eternidad, al oír su voz en el suave murmullo...

Hay personas hoy en día que están en medio de la tormenta del dolor y la duda, personas que en algún momento conocieron a Dios y podían reconocer su voz pero aún así, toda clase de desgracias les ocurren. Al verlas otros murmurarán ¿Dónde está su Dios? A ambas partes les diría lo siguiente:
Aun para los que creemos, la tragedia y el dolor, será parte de nuestra vida, eso nos llevará a algo mejor, aún y cuando en su momento, sea imposible de comprender.

Pienso en Job, el cual siendo un hombre que amaba a Dios y al cual Dios amaba, toda clase de calamidades cayeron sobre el porque el diablo ponía en duda si era tan bueno como parecía ser. Yo sé que para muchos, la historia de Job, es una muestra de lo injusto que es Dios, pero la realidad es que, si lograran entender que lo que Job obtuvo después, valió lo que el sufrió. Verían que Dios no es injusto, tan no es injusto que siendo la humanidad malvada y corrupta, merecedora de su ira y su castigo, mandó a su amado hijo a pagar el precio por nuestra maldad, porque él es justo y merecemos castigo, pero también nos ama y no quiere que muramos.

Ah, que ciegos somos, pequeños humanos que creemos que nuestra corta vida en esta tierra es todo lo que existe.

La muerte de mi propio padre me ha dado muchas lecciones y aprender de esto duele, estoy triste, muy triste. Pero al escribir esto solo quería llegar a un punto. Al punto en que Dios amaba tanto a mi padre que toda su vida estuvo hablándole, le regaló inteligencia, un hermoso y maravilloso talento musical, una bella voz, un sentido del humor único, después le regaló a la mujer mas bonita, dulce, inteligente y fiel que jamas conocería, le mando una hija que lo amaba y lo admiraba sobre todas las cosas, hijos iguales a el, graciosos e inteligentes... aun así, papá no logró ver a Dios allí, después Dios le mandó otra hija y con el tiempo una nieta, mas maravillosa de lo que jamás se habría podido imaginar, y a diferencia de Job, no le quitó nada aún, pues su mujer y sus hijos seguían ahí y sus dones también seguían ahí.
Papá comenzó a sospechar que Dios existía, pero seguía dudando mucho y aún entonces no lo buscó.
Dios no se dio por vencido con mi papá y casi al final le mando una terrible enfermedad, si, supo entonces que le quedaba un mes de vida, nosotros no supimos nada de eso hasta después que el ya había partido, pero ese mes mi papá leyó mucho la biblia y por varias cosas que pasaron uno de esos días le dijo a mi mamá que ya se había convencido, Dios, si existe.

Pienso mucho en nuestras reuniones navideñas, todos los años, mi papá era quien hacía el brindis, me pone muy triste pensar que esta navidad ya no estará con nosotros, pero nunca olvidaré por lo que brindó el año pasado, nuestra última navidad juntos. Me pareció muy extraño pero esa noche brindó por Jesús, claro que no dijo "estoy seguro" o "yo sé que murió por mi" en ese momento dijo algo así como "Si Dios existe, entonces mandó a su hijo a morir por la humanidad"

Ese es mi consuelo, Dios tuvo que hacer muchas cosas para que mi amado papito entendiera y pudiera formar parte de la eternidad.

Aun así, creo que la lección es clara. ¿Escucharemos la voz de Dios en el suave murmullo? ¿Esperaremos a que el dolor y la tragedia toquen nuestras vidas para rendirnos a el? ¿Los que ya creemos, confiaremos en Él lo suficiente como para saber que si algo terrible pasa, algo mejor nos pasará después? Tenemos un ejemplo a seguir.

Jesús vivió al máximo, tuvo tiempo de reír, de bromear, de bailar, de comer, de dormir, de enojarse, de amar, de llorar, de visitar a sus amigos, de alegrarse en el amor de Dios, también tuvo tiempo de ponerse serio, trabajar duro, cumplir su misión, ayudar a otros, tener compasión, enfrentarse a peligros, a cansancio, a duda, a llanto, a tristeza, al abandono de la gente que el amaba, y no me refiero al amor que siente por todos nosotros como su creación, no, me refiero al Jesús humano, temerosos pues estaba a punto de llegar al día mas oscuro de su vida. Jesús estaba solo y sus amigos humanos no pudieron ayudarle. Su ejemplo es simple, en el momento mas difícil, Jesús jamas dejó de buscar al padre, aun clavado en la cruz, seguía buscando al padre y , en medio del dolor y la duda, su mirada se dirigía al padre. ¿Dónde está tu Dios? seguro murmuraban las personas cuando el mismo peguntó ¿Porqué me has abandonado? El padre tuvo que dejar al hijo porque ese es el pago del pecado. No poder estar con Dios, estar apartados y lejos de el. Entonces Jesús murió.

¿Fue Dios injusto? No, porqué Jesús tomó la decisión. El bien pudo bajar de la cruz, no morir y dejarnos a nosotros pagar nuestra propia culpa. Pero decidió confiar en que, aunque no había pruebas visibles en ese momento de que algo bueno pasaría o de que el resucitaría, Dios sería fiel. La decisión de Jesús tuvo su recompensa para el, no solo nos rescató a nosotros sino que ahora el es el rey del universo y nunca nadie recibirá mayor gloria ni honor.

¿Vale la pena sufrir? Si, pero solo cuando Dios es tu esperanza. Cualquier otro sufrimiento solo servirá para dos cosas, para hacerte entender que NECESITAS a Dios, o bien, para hundirte mas y mas en las tinieblas.

Pequeño humano, despierta! No orilles a tu padre a llamar tu atención de esa forma!
Pequeño hermano cristiano, resiste! Tu dolor y tu sufrimiento no será en vano!

A ambos, creyente y no creyente, les puedo decir una misma cosa. Busca a Dios en tu dolor pues el es la única respuesta... ¿Te preguntas porqué a mi? ¿Porque a el o ella? ¿Porqué pasó esto? Dios, y solo Dios, si se lo permites, a su tiempo te lo responderá. Si tienes dudas, grita ¿Existes? ¿Dónde estás? El a su tiempo también responderá y te puedo garantizar que aunque parezca imposible, al haber pasado todo, y superado lo peor, con dios como tu guía, sonreirás y dirás: Valió la pena.

Eso pienso yo cuando veo hacia el pasado o aún en el presente y digo, ¿Pasé cosas muy difíciles? si ¿Perdí cosas? si, ¿Dios era mi esperanza? si, ¿valió la pena? SI! Y Dios está conmigo en esta nueva aventura y no me abandonará, la única persona que sin merecerlo tuvo que pasar su prueba solo, sin su padre, fue Jesús. Nosotros podemos alejarnos de él a voluntad, pero gracias al sacrificio de Jesús, si confiamos, no nos abandonará, NUNCA, ni un instante. Gracias a Jesús podemos vivir confiados y sin temor.

La vida es maravillosa, y aún y cuando seamos unos alienigenas en este mundo que no es el verdadero hogar, habrá tiempo para todo, para llorar y sufrir, si, pero también para reír y gozar, y no es una suposición, es la verdad.








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